
No está mal que alguien te espere por fin.
Que te aprendan.
La ciencia cierta de que alguien está pensando en ti,
Mientras cruzas las luces mojadas de un hall desconectado.
No está mal que encuentren tu cuello.
Aprender del azúcar de la rosa negra
Como se saca con fuerza un beso del paladar
Hasta perderte en su estela.
En una tarde de paseo y de manos,
Puedes enseñarle todo lo que rebosaba en tu bolso de piel
Puedes decir en ese tiempo un millón de cosas:
Graciosas, románticas, inteligentes...
Pero al final lo que realmente ella y todos queremos oír es: "¡Tacháááán!
Hablas de bajo que astro feroz
Un latido os dio la dirección para encontraros,
De que puertas había que abrir en el sótano,
De que sombrero perdió la cabeza,
Y de que monstruo terrible os hizo frente al traspasar el foso.
Todo aquello que hizo falta para llegar hasta el banco junto al río
Y charlar enredados de la humilde poesía.
Aunque estuve apunto de tocar con la nariz el suelo y oler tantos de tierra,
De arrodillar con el clarinete desdentado al elefante,
Apunto de estañarme a Rizos y a sus últimos pasos de baile.
Pero Mina, ahora me acabo.
Como se acabaron los días de Charles
Y cayeron a rugidos los ojos de Pointe du Lac
Me acabo como los anillos rodantes,
Como la calada de otoño.
Como a través de un sueño
Cual gato humeante que saluda con su sombrero y desaparece,
Me acabo.
By Dimas