domingo, 19 de junio de 2011

Siete brazos y tres dientes



- ¿Dónde está? -preguntó al recién llegado, mirándole furiosamente. Los demás, al ver la que se avecinaba, aprovecharon para irse.
- Yo no he sido. No me mires así -dijo con un solo brazo en alto, demostrando que no escondía nada.
- ¿Que dónde está? Enséñame lo que tienes ahí detrás.
- ¡Que no me mires así! ¡Que yo no he sido! -volvió a levantar la misma mano, la otra seguía pegada a la espalda.
- ¿Por qué tendría que creerte...
- ¿Por qué no? -atacó, interrumpiéndole.
- … si de todas formas eres el Diablo?
- Sí, pero ¿es que no has oído el refrán?
- ¿Cuál?
- “Se agarra antes a un mentiroso que a un cojo” -dijo ceremoniosamente, marcando los ritmos de las palabras con la cabeza y con la mano que tenía libre.
- ¿Y?
- No quiero pensar que crees que esto lo uso para comer -agarró y levantó hacia el techo el tridente negro- o para pincharte -sonrió irónico, mientras volvía a dejar apoyado el tridente en la pared.
- Ya... claro. Ahora resulta que el Diablo es cojo.