sábado, 11 de mayo de 2013

Los más ligeros golpes de viento en el vestido

No he aprendido nada en este tiempo.
No sé como, ni en que momento,
hay que ser un vulgar caballero.
Dejar que pasen primero,
Decir que han venido guapas,
Que tienen algo diferente en el pelo.
No sé cuando necesitan que las coja de la mano en el paseo a casa,
cuando no les va a hacer gracia que ponga lo que yo quiera en la tele
O que no vaya a verlas porque estoy de resaca.

Pero si sé quedarme quieto,
sentado y contemplarlas,
y beber cervezas mientras bailan,
y me hacen feliz,
y a todo bicho viviente que se encuentre allí,
en su radio de visión y de vileza,
a los que se les hace imposible ignorarlas
y sacan su paquete de tabaco
con el deseo de que el humo copie sus formas y su rastro
y tengan para ellos, lo que creo tener yo:

Una belleza que conforma deshacerse y asciende,
que se consume cuando el más ligero golpe de viento se acerca
y tu respiración se acelera
y que no dejan más que huellas amarillentas en tu piel con el pasar de los pasos
y el sabor en tu boca de haber estado.

-Dimas- También conocido como "Eltipoalquenoseleentiendelacarasinbarba" 

A propósito de... Queridos lectores indigentes no dejen nunca de no hacer nada mientras toman cerveza en sofás o barras y ven y observan y contemplan