martes, 10 de julio de 2012

Del chico que se quedó a bajar las persianas y a cerrar las puertas (Porque el silencio es sólo el recuerdo de los gritos)


Se está haciendo el silencio en las cooperativas,
en las manchas de lluvia de la ropa de cama de nuestro pasajero barrio
en las habitaciones que han perdido sus gigantes, sus libros de arte,
sus carteles de bienvenida, sus ordenadores,
sus mesillas con pastillas y que ahora merecedores de una lágrima,
os lloran en paz y vacías;
En las calles hundidas y depresivas que aguardarán como un perro fiel nuestra vuelta
para que les acariciemos la frente y junto a las costillas
o si no irán a drogarse, a buscar a chicas fáciles, ha perder huellas de pasos en las cantinas.
No hay si quiera fantasmas con un alma de jarrón de margaritas al mover las sillas.
Se han colgado los monstruos del fondo de los armarios de la cocina,
ya no quemamos la comida, ya no huele a nuestras zapatillas;
Y si os paráis un momento y estáis atentos
ya no se oyen los rumores de nuestros compañeros de cuarto,
que a la soledad le quitaron la vida;
Ya no se oye si quiera el balanceo tibio de las cortinas

Silencio en el televisor apagado,
en las lámparas desconectadas,
en las ventanas por las que pasearon paisajes
y que ahora se están volviendo locas porque nadie las mira;
Nadie saca la mitad del cuerpo hacia afuera para saludar a los de abajo jugándose la vida
ya nadie lanza sus cigarros atravesando su aro
y el viento hace un rato se ha llevado de sus cornisas
la tierra de la macetas, la ceniza de las colillas.
Han perdido la cabeza como un girasol más
las llaves del piso, ya no tienen de que esconderse en el fondo de nuestras carteras
no tienen porque cantar con su tintineo cuando se las despierta,
no sienten que se las necesita.
Los corazones de nuestras libretas se apiadan
y se llevan en sus rojas maletas de piel de páginas
los pocos versos que escribimos para ellas
y se los guardarán como un trofeo
y Vive Dios! que se las enseñaran con orgullo a sus nietos
y nos querrán
y querrán que volvamos a vernos

Hay silencio de pasos en las escaleras.
El parque es un niño asustado en una esquina
sin la señal de amor que dejaban en sus repisas nuestras bebidas.
El césped ha perdido entre sus verdes
la sonrisa de las huellas de nuestras espaldas y nuestra caídas,
el único juguete junto a las faldas de nuestras compañeras que le quedaba.
Reina el silencio al quedarte parado frente a una puerta
que pese a que te deje pasar, ya nunca estará abierta
y que te lleva a un piso donde no hay quien limpie la noche
porque no saltan ni se barren sus sombras,
porque no hay quien ventile la madrugada de sus camas
y el frío de su porche.

Han acallado al perro de nuestra risa
y a la ventisca de cuando nos agrupábamos para hacernos una foto de revista.
Los flhases de aquellas cámaras son balas perdidas.
Los gestos de vuestras caras lo poco que tarareo.
No me quito de encima su pegadiza melodía.
Ahora, achantado el golpe de nuestros vasos en la barra
y la celebración de nuestro encuentro
¿Ahora quien grita para que sólo le oigan las vacías orillas,
el marco de las fotografías, el polvo de las esquinas?
¿Quién pudo ser el que derrumbó tanto ruido
sino el eco, bello recuerdo de una voz,
que irremediablemente con vosotros a huido?

-Dimas- También conocido como "ElnocantantedeLaFormaMaldita"