Se está
haciendo el silencio en las cooperativas,
en las manchas
de lluvia de la ropa de cama de nuestro pasajero barrio
en las
habitaciones que han perdido sus gigantes, sus libros de arte,
sus carteles
de bienvenida, sus ordenadores,
sus mesillas
con pastillas y que ahora merecedores de una lágrima,
os lloran en
paz y vacías;
En las calles
hundidas y depresivas que aguardarán como un perro fiel nuestra vuelta
para que les
acariciemos la frente y junto a las costillas
o si no irán a
drogarse, a buscar a chicas fáciles, ha perder huellas de pasos en las
cantinas.
No hay si
quiera fantasmas con un alma de jarrón de margaritas al mover las sillas.
Se han colgado
los monstruos del fondo de los armarios de la cocina,
ya no quemamos
la comida, ya no huele a nuestras zapatillas;
Y si os paráis
un momento y estáis atentos
ya no se oyen
los rumores de nuestros compañeros de cuarto,
que a la
soledad le quitaron la vida;
Ya no se oye
si quiera el balanceo tibio de las cortinas
Silencio en el
televisor apagado,
en las lámparas
desconectadas,
en las
ventanas por las que pasearon paisajes
y que ahora se
están volviendo locas porque nadie las mira;
Nadie saca la
mitad del cuerpo hacia afuera para saludar a los de abajo jugándose la vida
ya nadie lanza
sus cigarros atravesando su aro
y el viento
hace un rato se ha llevado de sus cornisas
la tierra de
la macetas, la ceniza de las colillas.
Han perdido la
cabeza como un girasol más
las llaves del
piso, ya no tienen de que esconderse en el fondo de nuestras carteras
no tienen
porque cantar con su tintineo cuando se las despierta,
no sienten que
se las necesita.
Los corazones
de nuestras libretas se apiadan
y se llevan en
sus rojas maletas de piel de páginas
los pocos
versos que escribimos para ellas
y se los
guardarán como un trofeo
y Vive Dios!
que se las enseñaran con orgullo a sus nietos
y nos querrán
y querrán que
volvamos a vernos
Hay silencio
de pasos en las escaleras.
El parque es
un niño asustado en una esquina
sin la señal
de amor que dejaban en sus repisas nuestras bebidas.
El césped ha
perdido entre sus verdes
la sonrisa de
las huellas de nuestras espaldas y nuestra caídas,
el único
juguete junto a las faldas de nuestras compañeras que le quedaba.
Reina el
silencio al quedarte parado frente a una puerta
que pese a que
te deje pasar, ya nunca estará abierta
y que te lleva
a un piso donde no hay quien limpie la noche
porque no saltan
ni se barren sus sombras,
porque no hay
quien ventile la madrugada de sus camas
y el frío de
su porche.
Han acallado
al perro de nuestra risa
y a la
ventisca de cuando nos agrupábamos para hacernos una foto de revista.
Los flhases de
aquellas cámaras son balas perdidas.
Los gestos de
vuestras caras lo poco que tarareo.
No me quito de
encima su pegadiza melodía.
Ahora,
achantado el golpe de nuestros vasos en la barra
y la
celebración de nuestro encuentro
¿Ahora quien
grita para que sólo le oigan las vacías orillas,
el marco de
las fotografías, el polvo de las esquinas?
¿Quién pudo
ser el que derrumbó tanto ruido
sino el eco,
bello recuerdo de una voz,
que
irremediablemente con vosotros a huido?
-Dimas- También conocido como "ElnocantantedeLaFormaMaldita"
Guapísimo pavo. Sobre todo las primeras estrofas.
ResponderEliminarY por cierto, creo que aquí el "ha perder" no lleva "h" eh :P
"[...]o si no irán a drogarse, a buscar a chicas fáciles, ha perder huellas de pasos en las cantinas."
Creo, que igual me equivoco xD
no te equivocas Cristian.
ResponderEliminarSí que es respetable la confesión, sí.
Chico, chico!! A pesar de las faltas de ortografía es uno de los mejores poemas melancólicos que se han escrito sobre un mugriento apartamento
ResponderEliminarThanks! cualquier día aprendo a escribir :)
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