Nadie entiende lo bien que se duerme
El alma prudente a cal y canto.
Las llaves maestras no abren, me temo,
Corazones maestros en estar bien cerrados.
¿Qué necesidad hay en servir de perchero a puñaladas?
Antes que las alas del candor sirvan para perfumar al batirse mis entrañas,
Que las alimañas del exterior las utilicen de diana.
Yo y mi particular encierro por dentro.
Yo y mis pasillos mal avenidos que no van a ninguna parte
Y que los recorren ciegos, polvo y secretos.
Yo y ningún viento que avíe el silencio.
Yo y la luz que me brota
Que no ha de saber que existen otras.
-Dimas- También conocido "Elmandarinero"
A propósito de... Estos versos hablan tan bien de mí como de cualquier otro por los que los haya podido escribir