lunes, 28 de junio de 2010

“Los días de perros” Tour


Los segundos son como niños
Y no esperan para que les eches la culpa.
Pero hay minutos ventrílocuos
Que manejan horas de días
Que están formando semanas sin alma.
Semanas en las que yo vivo todavía,
Emparejando macetas de ribete alto y arcilla de campo,
De todas esas veces que por tu paseo por debajo de los miradores
Están goteando.
Y también hay balas de plata expuestas,
Y malas suertes como ésta,
Y metes tras la misma piedra
El pie dos veces en el agua
Hasta que tu calcetín le hace tilín y tilda de tila la acequia
Y salen a respirar los barbos
A ver si les hace un torniquete el anzuelo de la brisa.

Un día con sus décimas, (eh! de manilla)
Donde se te encabrita la cremallera y aspiras monóxido del atasco.
Se te escapa el cambio de un botón y lo ves rodar plazoleta abajo.
Unos números donde das con la almendra amarga y sus derivados.
Y en el cuarto, el techo se lleva sus nubes de gotéele
Para que no las sumes, detrás del armario.
Los saltamontes huyen de su patria chica por que se está removiendo el agua,
Fustigando cantos de cigarra hasta saltar el dique
Para no ahogarse, ni que les salpique el alambique de la tanda.

Peldaños rotos y soltados del año
Donde Mike se ha dejado las gafas
Y te aprietan las “Kike”
Se corre, porque mantienes el pulso de las primeras citas,
El cariño de tu Russian Red.
Porque llega tu ex de parvulitos preñada de su gira de pelvis
por Marrakech.
Y un pivote aparentemente móvil
Aprovecha que llevas las suficientes o más cervezas
Y marca con un pico el logo tu coche nuevecito.
Y finalmente la actriz que te recuerda a una actriz de cine
Y a la que ves ojeando escaparates
con un bolso Luís Vuitton y levitando sobre sus tacones
Esa Angelina Jolie que crees que va salvarte de ti
Tiene un estupendo novio y derechos de autor.

Un segundo de un día de los que hemos hablado
Que parece tanto de verano, para que os voy a mentir.
Ellas, Camino, Penélope y Judith, de acuerdo a sus planes,
Te enseñan donde nacen
Pero otro día sin segundos nos dejan
Y nadie sabe donde mueren sus lunares.
Y te quedas con la duda,
Y el record de los ojos castaños que se fueron más lejos
Y con sus pendientes de tulipa bien acabados
Que empiezan a clavarse en tu mano.

Un día, un minuto del que hemos hablado.
Apartas la reja, saludas al buzón, llegas a casa.
Y está la lámpara en el suelo
Y un tifón ardiendo en la cabina.
Se fugó con los tres hijos de algodón del futón, la mesa camilla.
Y los globos derribados y el mantel enrollado
Piden en la uvi del hospital
Por los vasos agujerados.
Y un aliento de caballero de castilla
Te llega hasta las rodillas
Y te recuerda que ellos estuvieron aquí, ellos contra el sol, y este humo desenredado en el pecho se lleva a todos menos a ti.
Tan cierto como que ha sido tu fiesta
Y no estuviste allí.
Sólo como los solos de mirlitón.
Solo como el triste desatendiendo por pena
Una clase de violín.

Un día, una hora de la que hemos hablado
Hasta el panadero te echa las culpas de todo
Y apuntándote con la de cuarto
Y extendiendo sus uñas de harina
Te pasa a la florista para que te remate
Y te das cuenta que las penas son menos
Al lado del estante de las margaritas.
Una hora maldita
Donde el portátil no respira,
Latika te niega la sonrisa
Y tu mascota, la niña de diadema, el Chester
Tu madre y la madre de la madre de Encarnita
Te replican y rechistan.
Hasta los demás te llevan la contraria,
Porque les apetecía.
Y esto te lleva a meditar por la glorieta
A seguir rastros urticantes de oruguitas
A morirte como solías.

Pero al cabo entiendes
Lo que deben entender los valientes.
Y si al salir de misa una mujer se cose con sus medias una lancha hinchable y da igual lo que haya llovido mientras.
Y una pluma de sombrero se escapó para dar suerte a quien se la encuentre
Y está deseando que la anclen de nuevo para trabajar.
Tú puedes levantarte igual.
Y sonreírle a este infierno
Hasta que se parta de risa.
Yo lo haría y por mi parte al terminar las clases
Me haré una espada con el palo de los tomates,
Ensillaré mi tambor, me lanzaré a la calle
Y seré caballero andante

Y eso que a mi me lapidan de este a oeste de la villa
Con huesos dulces de nectarina.
Me tiran verduras desde el escenario los actores
A mi butaca en el palco.
Y amenaza cicuta, como granizo desenvuelto a propósito
Por cualquier ruta que emprendo.
Pero yo lo comprendo.
Me van a matar o voy a morir en el intento.
¿Amigo, sabes lo que es una buena trifulca?
Yo contra el mundo.
Lo considero una pelea justa.

-Dimas- También conocido como “¿Silosenanosyanotienencoleporquénohaydibujosanimadosporlasmañanas?”


A POROPÓSITO DE…

A muchos en estos días de perros, os follarán o os han follado (en el sentido de suspenderán) en los exámenes y le echareis la culpa al mundo, al perro y al capullo ese que sale en “Crepúsculo”, el de la nariz de cerdo no el otro, por robaros horas de sueño…
“Sólo inténtalo de nuevo” es la tesis de este poema contra los días en los que aparentemente nada funciona.

4 comentarios:

  1. (Crítica destructiva)
    1. No los hagas tan largo a no ser que albergues en tu avanzada mente una obra mestra.
    2. No mezcles la oda a la naturaleza al principio para no hablar de ella después.
    3. Ensilla tambor... ¿huelo a Bob?
    5. No hay punto 4
    6. Me han gustado mucho detalles como "derechos de autor", las famosas "kike" y los 9 primeros versos
    Firmado: un fulano que entiende lo mismo de poesía que de "Luis Vuitton"

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  2. 1. jajaja no es largo o corto, es como debe ser
    2. hago referencia a la naturaleza ¿por qué iba a tener que salir después?
    3. claro que es Bob, como que lo del caballero es de Don Quijote, referencia Pablo no plagio jaja
    4. no hay punto cuatro?!
    5. yo tuve mis kike

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  3. Hace poco que tengo una perrita a mi nombre :)

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  4. es un primer paso, luego hay que seguir con el coche el pisito...
    jaja

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