viernes, 30 de septiembre de 2011

Frutas del bosque nevado


Aquí, en la ciudad más lluviosa de Inglaterra, los pisos no tienen balcones bajo los que guarecerse cuando caen chuzos sin punta.
Aquí, en la ciudad más soleada de Inglaterra, la quinta pinta de cerveza siempre es gratis.
Aquí, en la ciudad más maravillosa de Inglaterra, todas las camareras se llaman Françoise, pero ninguna es francesa.
Aquí, en la ciudad más asquerosa de Inglaterra, las mujeres odian dos cosas por encima de todas las demás: la palabra futilidad y que les llames Frambuesa sea cual sea tu intención y sea cual sea el ángulo de arqueamiento de tus cejas.
Aquí, en la ciudad más puritanamente pecaminosa de Inglaterra, empezó y terminó mi fugaz historia con Françoise la camarera, la única que le gustaba que le llamase Frambuesa, cuando mi sexta pinta fue a parar a su escote crepuscular.

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